A veces...

A veces... siento que ya no te quiero,

pero vuelves a hablarme, a contarme,

y esa sensación desaparece.

A veces... siento que ya no me quieres,

pero te acercas sigilosamente a mi,

escuchándome, ayudándome pacientemente,

y esa sensación desaparece.

Cada vez que mis sentimientos se confunden

y me siento perdida en un abismo sin fin,

apareces tú, y con una sonrisa

devuelves a mi ser la calma que necesita.

No sé qué es lo que tienes,

no sé como lo haces,

pero cada vez que intento alejarme de ti

basta un gesto tuyo para querer tenerte de nuevo,

para desear que me hagas tuya,

y no querer separarme jamás de ti.

Eres como un imán para este pobre cuerpo sin dueño.

Me atraes hacia ti con una fuerza

comparable a la de un huracán.

A veces... desearía no quererte tanto,

tener la fuerza suficiente para alejarme y no volver más.

A veces... desearía no extrañarte tanto,

y dejar tranquila a esta alma perdida.

A veces... tantas cosas...